Archive Page 2

03
Ene
14

El maestro de Petersburgo

El Maestro de Petersburgo. J.M. Coetzee. Recibió el premio nobel en 2003. Es sudafricano. Yo lo tengo en edición De Bolsillo. Es una novela de suspenso, medio policiaca y medio revolucionaria. Regalo de Olimpia Flores (@euphrasina) Image

Aquí las mejores #EstampasDeLibro: 

«Tal vez sea porque en los jóvenes hay algo que aún no se ha adormecido, algo a lo que apela el espíritu que habita en Nechaev. Quizá esté en todos nosotros: es algo que hemos pensado que lleva siglos amortajado, pero que solo estaba adormecido». 

«El revolucionario es un hombre condenado… No se interesa por nada, no tiene sentimientos, no tiene lazos que le unan a nada, ni siquiera tiene un nombre. En él, todo está absorbido por por una pasión única y total: la revolución. En las profundidades de su ser ha roto amarras con el orden civil, con la ley y la moralidad. Si sigue viviendo en sociedad, es solo con la idea de destruirla.»

«Estamos hartos, asqueados de la inteligencia. Están contados los días que le restan a la inteligencia. La inteligencia es una de las cosas de las que hay que deshacerse. Llega el día de la gente de a pie, y la gente de a pie no se distingue por ser inteligente. La gente de a pie lo que quiere es que se hagan las cosas». 

«No, no es la Venganza del Pueblo, sino la Venganza de los Hijos: he ahí lo que de veras subyace a la revolución, los padres que envidian a sus hijos y sus mujeres, los hijos que urden la trama para robar los ahorros de sus padres». 

«Si estás tocado por el don de la escritura, quiere decirle, ten en cuenta cuál es la fuente del don. Escribes precisamente porque estuviste solo en tu infancia, porque no tuviste amor… No escribimos gracias a las plenitud; escribimos gracias a la angustia, a la carencia». 

«Aquí terminan las líneas… Empiezan en los ministerios y en el tesoro, en la bolsa de valores y en los bancos. Empiezan en las cancillerías de toda Europa. Las líneas de fuerza comienzan ahí, e irradian en todas direcciones, hasta terminar en sótanos como este, en donde viven bajo tierra estos pobres desgraciados». 

«He ahí la idea nueva, la idea verdaderamente nueva. Año uno. Carta blanca. Todo se reinventa, todo se borra y renace: la ley, la moralidad, la familia, todo. Todos los prisiones son puestos en libertad, todos los delitos son perdonados. La idea es tan tremenda que usted no alcanza a entenderla, como tampoco la entienden los de su generación».

«El demonio: ese instante en el que inicia el clímax y el alma se retuerce al salir del cuerpo para comenzar su espiral descendente hacia el olvido». 

03
Ene
14

#EstampasDeLibros

Leer en estos tiempos, es un acto de rebeldía. Es contrario al ritmo de nuestras vidas urbanas: llenas de prisa, de utilitarismo, de urgencia y del aplazamiento de las cosas que se quieren hacer por las que se tienen que hacer (hasta que, convenientemente, uno estalla el viernes y luego padece una resaca del resto del fin de semana).

Leer necesita tiempo libre, paciencia y el deseo de ser sorprendido. No es posible disfrutar un libro cuando se tiene poco tiempo para hacerlo -al contrario de la televisión, en la que 15 minutos pueden ser suficientes para reír un par de veces. Aunque se tenga el tiempo, tampoco es posible hacer una buena lectura si hay preocupaciones más importantes en la mente de uno -no como el cine, que está diseñado para que después de los 20 minutos uno ya no pueda más que estar enganchado con la película. Ni siquiera cabe la comparación entre leer un libro, una actividad solitaria (que no da rendimientos sociales en el mediano y largo plazo) con echar el chisme con las vecinas, organizar una fiesta o hacer un baile colectivo.

Tal vez por eso en México no toleramos ni siquiera medio libro al año (según la última encuesta, son 2.9 al año… da igual). En realidad tenemos cosas más importante qué hacer. Más cuando pensar, generar ideas, crear alternativas y ser diferente es algo tan poco valorado por el mercado. Si somos maquiladores -especializados o no- de poco sirve tomarse el tiempo para crear. Mejor que eso lo hagan los japoneses, país donde sí acostumbran leer.

Esto de la lectura en México es un galimatías que no sé cómo resolver. Creo que tiene que ver con cuestiones más profundas como el uso del tiempo libre y la inseguridad social con la que uno vive en este país. Estoy en contra del fomento a la lectura como algo abstracto. Ese gusto sólo lo tienen las personas que andan de frac y usan un monóculo… Y de esas yo no conozco a nadie.

Lo que se me ocurre para fomentar la lectura, es compartir lo que más me gusta de leer: esos pequeños fragmentos donde te das cuenta que alguien dice algo nuevo sobre algo que tú siempre habías tenido en la mente, o que escribe sobre situaciones que tú jamás habrías pensado posibles o que, de alguna u otra forma, logra que levantes la ceja, abras la boca, o suspires involuntariamente.

Porque leer se trata de eso, de momentos en los que se disfruta un momento concreto de la vida por el simple hecho de estar vivo. Fruición pura y dura. Por eso, leer es un acto de rebeldía: es gritarle al mundo, no me importa el final de la historia, yo ya estoy disfrutando desde este momento.

(Así, cada que lea un libro, compartiré los mejores momentos, usando la etiqueta #EstampaDeLibros)

02
Ene
14

2014: diferente

Escribo mientras espero mi camión de regreso, en Lázaro Cárdenas (Michoacán). Empecé el año con un par de personas que conocí en Maruata. Aullamos como lobos al iniciar el año.

En la mañana nadé tanto que ahora me duelen las piernas; disfruto aún el vaiven del mar.
Espero terminar el primer libro del 2014 antes de llegar al DF.
Menos de 24 horas y ya cumplí siete propósitos del año. #SuperenEsoNovatos
1. Viajar.
2. Ir al mar.
3. Vivir las políticas públicas desde campo.
4. Pasar tiempo a solas.
5. Leer.
6. Conocer gente interesante.
07
Ago
12

No sé me importa un pito… Y uno más.

No sé me importa un pito que las mujeres 
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; 
un cutis de durazno o de papel de lija. 
Le doy una importancia igual a cero, 
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco 
o con un aliento insecticida. 
Soy perfectamente capaz de soportarles 
una nariz que sacaría el primer premio 
en una exposición de zanahorias; 
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, 
bajo ningún pretexto, que no sepan volar. 
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme! 
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase, 
tan locamente, de María Luisa.

(…)

¿Verdad que no hay diferencia sustancial 
entre vivir con una vaca o con una mujer 
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo? 
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender 
la seducción de una mujer pedestre, 
y por más empeño que ponga en concebirlo, 
no me es posible ni tan siquiera imaginar 
que pueda hacerse el amor más que volando.

Oliverio Girondo recortado por mi.

Imagen

Encontrado en el camino: 

12

Se miran, se presienten, se desean, 
se acarician, se besan, se desnudan, 
se respiran, se acuestan, se olfatean, 
se penetran, se chupan, se demudan, 
se adormecen, despiertan, se iluminan, 
se codician, se palpan, se fascinan, 
se mastican, se gustan, se babean, 
se confunden, se acoplan, se disgregan, 
se aletargan, fallecen, se reintegran, 
se distienden, se enarcan, se menean, 
se retuercen, se estiran, se caldean, 
se estrangunlan, se aprietan, se estremecen, 
se tantean, se juntan, desfallecen, 
se repelen, se enervan, se apetecen, 
se acometen, se enlazan, se entrechocan, 
se agazapan, se apresan, se dislocan, 
se perforan, se incrustan, se acribillan, 
se remachan, se injertan, se atornillan, 
se desmayan, reviven, resplandecen, 
se contemplan, se inflaman, se enloquecen, 
se derriten, se sueldan, se calcinan, 
se desgarran, se muerden, se asesinan, 
resucitan, se buscan, se refriegan, 
se rehúyen, se evaden y se entregan. 

Mismo autor.

17
Mar
12

Chapultitlán

Con etimología náhuatl –de chapā, que significa rebotar y ōlli que quiere decir hule–, chapulín significa, desde tiempos prehispánicos, un “insecto que brinca como pelota de hule”. Los podemos identificar en casi cualquier terreno con pasto, brincando de manera frenética para desplazarse o, si estás en Oaxaca, en las botanas y quesadillas.

En el México del periodo posrevolucionario extendido (o sea, hoy) debemos agregar a la palabra chapulín una acepción: es un tipo de grillo que brinca como una pelota de hule… cuyo partido decide, sin tomar en cuenta a los ciudadanos, dónde y cuando cae. Los podemos ver, al final de cada periodo de gobierno buscando el favor de sus superiores para poder continuar sus saltos frenéticos dentro de los pasillos del poder. Su hábitat es la administración pública: estar fuera del erario, es estar en el error.

A pesar de que en la mayoría de los países desarrollados esta especie ha desaparecido o está en vías de extinción, en México no sólo se mantiene estable, sino que se sigue reproduciendo en tantas formas como partidos tiene nuestro país. Esto gracias a que su principal depredador, la democracia y la rendición de cuentas, son administradas por los chapulines en dosis pequeñas a la sociedad. De manera excepcional, se han vacunado y los anticuerpos que han creado parece que les hace invencibles.

Sin embargo, inesperadamente, una nueva arma contra esta especie apareció esta semana: el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, revocó la semana pasada la licencia a la alcaldesa de Guadalupe que, mediante salto de chapulín, busca un lugar en el Senado. El argumento es simple, lo dice el artículo 5° de la Constitución: “En cuanto a los servicios públicos, sólo podrán ser obligatorios, en los términos que establezcan las leyes respectivas… los de elección popular, directa o indirecta”. Según la ley, los políticos antes de ser chapulines, son servidores públicos; deben servir a los ciudadanos, es su obligación.

La resolución afirma que: “el derecho de representación (derecho de la colectividad) y las obligaciones por parte del funcionario público que eligieron a través de su decisión los mismos individuos está en cuestión en la Litis del amparo”. Además que, “ante la mínima presunción, debe atenderse al interés de la colectividad, sobre algún interés particular”. Parece que el orden, al menos en el papel, regresa a Chapultitlán.

A pesar de mi emoción, no guardo demasiadas esperanzas. En 2007 una sentencia para evitar que Jorge Hank Rhon pidiera licencia para ser gobernador –con una ley local que explícitamente se lo prohibía– fue anulada por el Tribunal Electoral de acuerdo con preceptos convenidos en Tratados Internacionales en materia electoral firmados por México. El derecho a ser votado de alguien con mucho poder y dinero, puede trastocar sin problemas, el derecho de las mayorías a votar por alguien para un periodo completo.

El objetivo no es restringir los saltos de los políticos, sino devolver la catapulta a la gente. El chiste no es hacer miserable la carrera de algunos funcionarios públicos, sino hacerlas útiles para la mayoría. No pretendo que cazar chapulines sea la tarea de los ciudadanos, sino que entre todos podamos construir elevadores para ascender por el gobierno. La Ley está de nuestro lado, que no se nos olvide.

12
Mar
12

El Nuevo PRI

A pesar de que la mayoría de la gente no sabe definir qué es izquierda y qué derecha, los politólogos tenemos el vicio de analizar los sistemas de partidos pensando que se alinean en un eje ideológico. México es uno de los países donde menos se debería aplicar una clasificación así.

El electorado que votó para sacar al PRI de Los Pinos en el año 2000, no era ni de izquierda ni de derecha. El rechazo ni siquiera era al plan de gobierno del PRI, sino a la falta de democracia en su implementación. Irónicamente, los priístas olvidaron la máxima de Jesús Reyes Heroles: “en política, la forma es fondo” y casi desaparecen por ello. De esta forma surgió la escisión social más importante para nuestro sistema de partidos: gobiernos liberales contra gobiernos autoritarios.

La alternativa liberal, ofrece la construcción del futuro en conjunto, mediante la formación de consensos y requiere, para su legitimación, la participación permanente de los ciudadanos. A diferencia del autoritarismo, no promete soluciones contundentes, sino procedimientos en los que todos pueden participar para la obtención de respuestas. La democracia en México, al menos en términos electorales, llegó para quedarse.

Porque si algo no se puede criticar al PRI, doce años después, es de ser antidemocráticos (no al menos más que los otros partidos). Alguna vez dijo Andrés Manuel López Obrador que “el priísmo es una enfermedad que se quita con el tiempo” y no hay mejor ejemplo de esto, que los priístas que se han curado de sí mismos. Año tras año, elección tras elección, vemos como los electores regresan a sus filas y hacen crecer sus posiciones de gobierno. El PRI se consolida como una opción diferente y atractiva para un electorado que ha cambiado mucho en los últimos doce años.

El nuevo PRI no está en sus líderes que, ciertamente, siguen siendo los mismos de hace veinte años. El nuevo PRI está en sus renovadas bases que ahora se componen por electores jóvenes que no experimentaron los excesos del viejo régimen y, por el contrario, han vivido la ineficacia de los gobiernos de la alternancia. Su importancia no es menor, tomando en cuenta que, en esta elección, votarán alrededor de 23 millones  de electores nacidos después de 1982.

Actualmente, el carácter autoritario del PRI no está en la forma de acceso al poder, sino en la oferta de gobierno. Enrique Peña Nieto ofrece al electorado erigirse como la autoridad central de gobierno que cuenta con soluciones para todos los problemas y tomará todas las decisiones públicas, para que la gente pueda dedicarse a sus asuntos privados. Por eso el candidato del copete gusta tanto a las masas y desagrada tanto al círculo rojo.

Con la democracia arraigada como el único juego posible en la ciudad, el riesgo de un gobierno personal y discrecional es latente pero controlado. Al contrario, con elecciones limpias y periódicas, el resto de los partidos no han logrado generar una justificación para su existencia más allá de las promesas incumplidas.

En la Encuesta Nacional de Valores 2010, los mexicanos encuestados ubican al “Orden y Estabilidad” como el principal logro de los primeros 200 años independientes de México; el priísta interior de cada uno se pone de moda. El mismo documento, señala que la mayoría de los mexicanos quieren como objetivo para los siguientes diez años “una economía fuerte que ofrezca buenos empleos y salarios”. En caso de ganar la elección, está por verse si el PRI de nuevo en el gobierno logra los resultados que no cumplió la alternancia, o su nuevo fracaso representa el inicio de un cambio más profundo y radical.

12
Mar
12

No Somos Tontos

El último momento cumbre del chauvinismo nacional –la nominación al Óscar de Demián Bichir como mejor actor– se vio opacada por un hecho: el actor es un partidario del Movimiento de Regeneración Nacional que encabeza Andrés Manuel López Obrador. El mayor de los Bichir, al publicar sus preferencias políticas, renunció a su lugar en el olimpo de los héroes nacionales. El Vox Populi condenará a Demián a ser el ganador del Óscar legitimo (en contraste con todos somos Chicharito).

Todo ciudadano tiene derecho a manifestarse a favor o en contra de candidatos, partidos, posturas políticas o decretos particulares. Sin embargo, muchos mexicanos esperan que aquellos que han trascendido con su trabajo se mantengan neutrales, como si el ser actores, futbolistas o escritores les impidiera tener una opinión política y hacerla pública. No quiero decir con esto que las opiniones de los famosos sean más atendibles, sino que tienen derecho a hacerlo; y que al ejercerlo, los motivos de sus planteamientos caerán por su propia fuerza.

Pensar que los mexicanos cambiarán su preferencia política porque cierto boxeador pelea con un logotipo en el calzoncillo es un razonamiento miope, inexacto y falaz. En todo caso, la gente se podrá equivocar una vez, pero corregirá para la siguiente elección. De eso se trata la democracia. Los electores no somos niños comprando cereal porque lo anuncia nuestro ídolo.

De fondo, la excesiva e inútil regulación electoral que sufrimos los mexicanos, refleja dos vicios de nuestra clase política: (1) suponer que los ciudadanos somos tontos (y que no podemos aprender) y, (2) su incapacidad para adaptarse a las nuevas reglas de la democracia. Cuando la ley se cimenta  sobre la desconfianza mutua, sólo se podrá construir un edificio endeble y con el riesgo continuo de caerse… Por más parches que se le pongan.

Bajo el argumento de inequidad en la competencia, los partidos han incitado al IFE a emitir acuerdos sobre la totalidad de las situaciones controvertidas que han sucedido en las campañas. También sobre las que pudieran suceder e, incluso, sobre lo que han imaginado en sus más inescrupulosos pensamientos. Como si fuera madre de niños peleoneros, el IFE ha optado por amarrar a sus hijos para que no se hagan daño.

En términos prácticos, qué importa si Calderón presenta encuestas optimistas, si los candidatos hacen actos anticipados de campaña, si hay empresarios que quieran desperdiciar su dinero en spots de televisión de algún partido o si la guerra sucia formará parte de la estrategia de campaña de algún candidato. Todas esas acciones pasarán por el análisis ciudadano y, entonces, podremos ver su efecto electoral definitivo. Repito: los ciudadanos no somos tontos y podemos seleccionar la información que nos llega e interpretar sus motivaciones y consecuencias.

En todo caso, la función del árbitro electoral debe estar centrada en garantizar que el financiamiento de las campañas se haga con legalidad y que haya certidumbre en los procedimientos para la realización de la jornada electoral y el conteo de los votos. Intentar algo más es utopía y desviarse de lo que sí se puede lograr. Buscar una democracia perfecta mediante la acumulación de nuevas normas nos aleja de una democracia aceptable y funcional. Tener a los niños amarrados evitará que se peleen pero también que sean niños; tener a los partidos en silencio, minimiza su daño, pero también les quita su esencia como partes en confrontación.

La clase política mexicana actual, formada en tiempos sin democracia, tiene pánico al contraste de ideas porque no saben cómo hacerlo. Insisten en hacer campañas huecas con espectaculares, pendones y spots con música de piano. Por eso, cuando un mexicano destacado apoya a un partido o candidato en particular, es mal visto: no es que pensemos que quiere influir en nuestro voto, sino que dudamos de su inteligencia y su criterio personal.

23
Feb
12

Catarsis

Navegando en la red me encontré con una serie de videos de un tal “Campeonato Mexicano BOSS Loop Station” en el cual diversos músicos hacen gala de sus habilidades musicales potencializadas gracias a este aparatito que graba y reproduce cíclicamente sonidos. En lo personal, me considero fan de este tipo de impulsos creativos innovadores que usan la tecnología para ampliar la gama de sonidos, ritmos y demás…

Sin embargo, mientras más veo videítos de esta cosa, me doy cuenta que cada vez se vuelve menos indispensable el contacto humano. Me explico: antes todo adolescente rebelde debía juntarse con otros adolescentes rebeldes y hacer estruendo con las guitarras, ahora el arte y la cultura ya no representarán esta salida de rebelión y desacato. Ahora hace falta tiempo, paciencia y práctica para poder hacer un concierto completo:

¿No les intriga saber cómo es que este mundo se va a salvar de su autodestrucción si ya no hay forma de agruparnos? ¿El aviso de desalojo de esta realidad nos va a llegar por mail, por facebook o por twitter? Para entonces, ¿creen que el ya de reforma política haya logrado algo ya? Y mientras, ¿dónde está la pinche izquierda, entonces? ¿Perfumando el lugar por donde pasa el Peje? no vayan a decir que no es amoroso? No mamen.

Otros, mientras tanto, intentan hacer el puente entre lo que pasa en la pantalla y lo que es la vida real. Creando happenings y difundiéndolos. Solos. Inconexos. Sobreviviendo del aplauso y uno que otro like. ¿Hasta cuándo?

28
Ene
12

APRENDER A VOLAR

Ella quería volar. Bajar escaleras sin tocar los escalones, caminar sobre el aire, rebelarse contra la ley de la gravedad. Más que la búsqueda de un superpoder que le diera ventajas sobre las demás personas, lo que ella quería era hacer un manifiesto contra lo efímero de la existencia humana: ¡Qué injusto que todas las personas tengamos que asirnos al piso para conducir nuestro andar!, ¿No creen?

¿Han pensado que la parte del mundo que tiene tierra es mínima? Suponemos que somos los dueños de todo el planeta cuando el único lugar que hemos logrado “habitar” es donde hay tierra firme. Hay mucho fuera de nuestros dominios. Tropósfera, estratósfera, mesósfera, termósfera, exosfera en el aire; zona epipelágica, mesopelágica batipelálgica, abiopelágica, hadopelágica en el mar. Diez mil metros hacia abajo en la fosa de las marianas… diez mil kilómetros hacia arriba antes de llegar al espacio.

Ella no pedía demasiado. Su intención nunca fue llegar hasta el cielo y luego descender hasta lo más profundo del mar. Lo único que pedía era hacer su vida como persona normal: ir a la escuela, comprar cosas en el supermercado, usar el metro, cruzar la calle; todo eso, pero sin tener los pies en el suelo… Y lo logró.

http://bit.ly/A9oHGv

No sólo logró volar, sino tomar evidencia de su logro y compartirlo con el mundo. Tal vez es sólo mucha precisión en su técnica de fotografía e intentarlo una y otra vez. Es muy posible que en sus saltos haya sufrido muchas caídas con sus respectivas lesiones, ¿y qué? Aunque fuera por unos instantes, vivió su sueño.

¿Cuándo fue la última vez que pretendieron volar? ¿Hace cuanto olvidaron que querían hacerlo?

14
Dic
11

¿POR QUÉ QUIERO SER CONSEJERO ELECTORAL DE MI DISTRITO?

Hace unos días, al ver a los niños disfrazados pidiendo calaverita recordé que en mi infancia yo no solía disfrazarme ni de vampiro ni de hombre lobo o de momia, yo solía pedir dulces con un saco prestado, un pantalón de vestir y una máscara de Carlos Salinas. Recuerdo que la mayoría de los adultos se sorprendían al descubrir que no sólo tenía un disfraz sino que estaba dispuesto a dar cifras y datos de cómo había empeorado la situación económica del país en esas fechas, hasta que me dieran dulces –o reconocieran mi capacidad para infundirles miedo.

Esa memoria, me provoca dos reflexiones: que era un niño muy politizado para mis 10 años; y que los políticos eran personificación de los enojos y miedos de toda la sociedad mexicana. Pienso que la risa nerviosa causada por un muchachillo con disfraz de político era causada porque, en aquellos años, los gobiernos no necesitaban ni dependían en forma alguna de la gente para tomar decisiones.

Ahora la situación es diferente, los políticos siguen causando molestia, pero ya no miedo. Mejor dicho, ahora la gente se siente decepcionada porque la democracia no se ve reflejada en mejoras sustantivas a su calidad de vida, pero ya nadie –o casi nadie– pone en duda la legitimidad de las elecciones. El cambio en  estos últimos quince años es, sin duda alguna, la aparición y el fortalecimiento paulatino del Instituto Federal Electoral.

Porque, a pesar de escenarios tan complicados como el que se vivió en la contienda electoral del 2006 o las decrecientes tasas de participación de las votaciones federales de 2009, es imposible afirmar que hubo irregularidades en la elección que no pudieron ser detectadas por alguna de las partes afectadas (con los afectados, no pienso sólo en los candidatos perdedores, sino en toda la sociedad).

Me explico: al coordinar un proyecto de observación electoral a nivel nacional en el proceso electoral federal 2009, pude constatar –con mis propios ojos– las sesiones del consejo distrital, el desarrollo de la jornada electoral e incluso los conteos –y reconteos– de los votos. Testifiqué que los vehículos oficiales de la SAGARPA y el Servicio Postal Mexicano estuvieran guardados el día de la jornada electoral y que nadie usara esas oficinas como call center. Nadie me lo contó.

Si algo me queda claro es que en la realización de las elecciones no está el problema de la toma de decisiones políticas que afecta a mi país. Al contrario, en el día de la jornada electoral se encuentra una de las fortalezas más importantes del sistema político mexicano, que aspira a ser una democracia funcional.

Con esto en mente es que deseo ser Consejero Electoral del distrito electoral en el que he vivido desde hace más de 15 años. Porque esta vez, quiero ponerme el traje de político y no causar entre la gente enojos y miedos, sino confianza en que el proceso de selección de nuestros representantes estará guiado por los principios de certeza, legalidad, imparcialidad, independencia y objetividad: garantizar que todo aquel que pretenda cargos de elección popular tendrá el respaldo de alguna mayoría de la sociedad.

Además, porque gracias a mi formación académica y profesional, lo que me identifica como tomador de decisiones ya no es una máscara de vinil, sino horas de lectura, análisis y reflexión sobre los problemas de la democracia y sus posibles soluciones. Estoy seguro que puedo aportar buenos argumentos a las controversias que se puedan presentar en los futuros procesos electorales y, con eso, asegurar que los tiempos en los que el gobierno causaba temor, han quedado en el pasado.

Desde que tengo uso de razón, la mayoría de la gente se queja de la política. Antes porque no se sentían parte de las decisiones, ahora porque las decisiones que se toman no se consideran las más adecuadas. Si se quiere ver el vaso medio lleno, a la sociedad mexicana le importa mucho la política; si se quiere ver medio vacío, no existen suficientes mecanismos institucionales para que este interés se represente.

Lo que no podemos hacer, es no hacer algo. Porque si bien es cierto que la democracia no es una condición suficiente para mejorar la calidad de vida de los mexicanos, es más cierto que es una condición necesaria; para que México Progrese, haya Oportunidades para Todos y Vivamos Mejor el común denominador es que haya elecciones libres y transparentes.

Porque participar dentro del IFE y fortalecer sus decisiones, es la mejor forma que tenemos para asegurar que sean ciudadanos quienes tomen las decisiones políticas sin dejar de ser ciudadanos, y ese es el único camino seguro para garantizar que mañana, mis hijos no salgan a pedir calaverita disfrazados de políticos. 

(En un rato, tomo protesta como consejero distrital…)




Entradas Anteriores

Visitas

  • 64.988 mirones