Este carnal venía desde un lugar en la costa de Nayarit. Venía con su raza. La neta es que no se sabe porque empezaron la huida pero se aventaron un buen rato dando el rol.
Cuando vas persiguiendo fantasmas, el camino se hace complicado.
Así le pasó a estos compas. Mientras más avanzaban, más pinchis rudos eran con quienes se encontraban en el camino. Crecía su desesperación por no saber hacia dónde iban. Incluso entre ellos ya había problemas.
Hubo más de uno que le quiso romper su madre al Tenoch por traerlos dando vueltas a lo pendejo. Y la neta la neta el Tenoch no tenía ni puta idea de hacia donde iban… Hasta que un día llegó cerca del Lago de Texcoco.
Ese día había baile soniderotl. Todos cotorrearon chido y se alivianaron. A la luz de la fogata echaron el pulque y netearon. Tenoch se ligó a una princesa y echaron el romance en una trajinera. Fue uno de esos momentos en los que no te falta nada.
Al día siguiente, mientras buscaban un mercado para curarse la cruda que traían todos, Tenoch vio un águila devorando una serpiente y tuvo la mejor idea de su vida. Se hizo el que le daba el ataque… Y que las visiones y que la revelación divina y que la profecía. Sus compas se asustaron harto y le consiguieron un Tehuacán con limón y sal para que se alivianara.
Una vez que recuperó el habla, Tenoch les platicó que Huitzilopochtili le habló en un sueño y que le dijo que donde viera el águila y la serpiente debería fundar una ciudad. Y que de ahí iba a salir una nación de poca madre. Y no se equivocó.
Los mexicanos somos los hijos del Tenoch. Compartimos su leyenda: pasamos un chingo de tiempo buscando esa señal cósmica que nos enseñe nuestro destino, sin darnos cuenta que la podemos armar en cualquier lugar y a cualquier hora.
Nuestros ancestros, quienes fundaron esta tierra, nos dejaron puras buenas lecciones:(1) la onda no es qué hacer sino con quién se hace; (2) el pedo no es estarlo haciendo sino para qué se hace. La clave de todo el mundo -banda- es dejar de preguntar dónde es aquí y empezar a decir aquí es donde.
Palabra del Tenoch.